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Mostrando entradas de mayo, 2010

ENTRE LOS DEDOS

Se miró las manos y tenía arena entre los dedos, minúsculas conchas en realidad, adheridas a su piel. Se tumbó sobre la roca y sumergió la mano entre las olas, dejando así, que el mar recuperara lo que era suyo. Se quedó un buen rato sintiendo como el mar de deslizaba sobre su piel adelante y atrás al ritmo que marcaban las olas. Cerró los ojos, era como si aquellas caricias aún frescas sobre su cuerpo, pudieran sentirse perfectamente de nuevo, en aquel atardecer donde el Sol, a punto ya de desaparecer, formaba con las nubes y el increíble azul del cielo, figuras que parecían fuego sobre el mar revuelto. Dejó su mente en blanco y notó como su cuerpo entero se dejaba llevar por aquella sensación tan familiar. A cada caricia del agua sobre su piel, la excitación recorría sin prisas cada parte de su cuerpo. Introdujo más la mano, hasta el codo, y al rozar el agua la parte interna y sensible del brazo, se le escapó de entre los labios un sonido que mezclado con el rugido de las olas