
Me gusta sentarme en las rocas y pensar, que el Sol me de en la cara y sentirme viva, soñar, sentir y encontrar las razones por las que amo tanto mi vida, a pensar en mis amigos o en la persona que ocupa mi alma...a echarle de menos... a calmarme, a recomponerme y volver a empezar... Me gusta ir allí a digerir las movidas con las que la vida te planta dos ostias bien dadas y convertirlas en una canción, en un poema, en un cuento...o en nada...solo palabras...
A veces le escribo mensajes en un trozo de papel que luego lanzo a sus aguas para que lo deshaga hasta desaparecer disuelto entre sus olas...y luego me quedo escuchando sus sonidos y me dejo llevar por la agradable sensación de que me contesta, siempre en positivo...y todo queda entre él y yo...tenemos miles de secretos.
Es mi playa...es mi rincón...es mi guarida...es mi paz interior... No me gusta ir en verano a pleno Sol a tostarme...me gusta ir a pasear, me gusta bañarme al atardecer, cuando todos se han ido por fin y nos podemos quedar a solas y charlar.,a que sus aguas me abracen y si está tranquilo, a sentir que bailamos juntos una canción llena de emociones como si fuéramos amantes...
Cuando a veces voy con alguna amiga o amigo a desayunar o a comer...siempre nos dan las tantas de la tarde, a veces llega la noche y aún nos encuentra charlando de nuestras cosas...El Roc tiene una magia especial, incita a hablar sin prisas y a sentirse bien...
Y porqué os cuento esto? Porque un rincón así, es a veces el mejor de los amigos y este es un blog de amistad...y esta tarde he ido a verle porque le necesitaba...y me ha vuelto a decir que todo está bien, que mi vida está en un momento lleno de cosas positivas, porque el amor de un amigo es así...se nutre únicamente de nuestra felicidad y la comparte...no es egoísta, te deja ir si lo necesitas y espera tu regreso, esperando en silencio que no le olvides...un amor sin condiciones...como no voy a dedicarle una entrada?
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