LIBRETAS VACÍAS

Desde bien pequeña tengo una especial predilección por las libretas y los bolis. Cada vez que veo en un expositor uno de estos dos artículos me es casi imposible no ojearlo, imaginarme escribiendo un montón de cosas estupendas en forma de relato, novela, poema, ensayo, diario secreto...etc. y aunque sé que en casa tengo de sobras, siento que ESA libreta o ese boli es el que va a funcionar, el que va a conseguir que me lance por fin a la piscina y haga realidad esa frase que mi padre me lleva diciendo toda la vida: "Escribes mejor que cantas, tu tendrías que escribir". Me encanta cantar y lo hago realmente bien, si escribo aún mejor según mi padre...es una pena que no lo haga en serio.

Quizás, como le he decepcionado tanto en tantas cosas, doy por sentado que le voy a decepcionar una vez que le enseñe algo de más de tres páginas y es tanta la auto presión, que no lo hago solo por miedo.

Como véis de nuevo voy a intentar que esta libreta, no se convierta en otra de mis libretas vacías, pero lo que si voy a hacer es cambiar de boli porque este no me está resultando demasiado cómodo.

Ya, he escogido este, también de gel, aunque con una punta quizá demasiado fina, pero al menos no se entrecorta, lo deslizaré por aquí un rato al menos a ver que tal.

Como os decía, tengo cajones (sí, más de uno)llenos de libretas vacías, o con tan solo diez o quince páginas escritas, a veces peor incluso, con tan solo listas de la compra, recados telefónicos...un horror para mis libretas vamos.

Cuando abro uno de esos cajones siento su silencio acusador, su decepción por lo que las transmití al verlas en el expositor, tocarlas, comprarlas, apretarlas contra mi cuerpo...y después no pasó...siento su ira hacia mi y también siento como la pobre libreta que está en mi mano a punto de entrar al cajón ya sabe por tanto que a ella también la voy a decepcionar, que también ha sido engañada, que siempre estará vacía, que todo lo que fluyó entre mi mente y sus hojas un rato antes...se ha ido al país de la inseguridad y de la cobardía, donde vive todo lo mejor de mi esperando salir algún día a la luz.

La verdad es que al menos sigo luchando por hacerlo. Hace poco leí esta frase de Ray Bradbury: 

"Escribe una historia corta a la semana. Es totalmente imposible escribir 52 malas historias seguidas"

He decidido hacerle caso, mi primera historia corta es esta, "Libretas vacías". Es una forma de pedir perdón a todas mis libretas y a todos mis bolis, Las voy a escribir originalmente en ellas, con ellos, aunque después las iré subiendo a mi blog en el ordenador, pero se originaran aquí, donde deben, donde nacieron todas, en mis libretas vacías e iré cambiando de boli para darles también a ellos el uso que les prometí.

Hace un par de semanas más o menos, la dependienta de una tienda de material de oficina al ver la fascinación con la que pasaba mis manos por sus libretas expuestas y como empuñaba entre mis manos algunos de sus bolígrafos mientras mi mente se disparaba con frases, temas sobre los que escribir, canciones que componer...supongo que era algo tan evidente, que la señora (que parecía por otro lado bastante aburrida) de repente se dirigió a mi y me dijo: "No sabes la cantidad de gente que hay que somos adictos al material de oficina" yo le respondí molesta: "Lo mío es sólo con las libretas y con los bolígrafos" y me respondió con bastante condescendencia: "Si, eso es lo más habitual".

Al principio me sentó un poco mal porque no nos gusta dejar de sentirnos "especiales" en nada y que de repente mi mundo secreto entre libretas, bolis, cajones llenos, mente caótica, obsesiones...resultara ser algo muy común y normal...me molestó. Me sentí como si me hubiese robado algo de un gran valor sentimental, me sentí casi violada, bueno... siempre he sido un poco "reina del drama" que le vamos ha hacer!

(Cambio de boli. Este parece hecho para escribir cosas ñoñas ¿verdad? jajaja...bueno sigamos...uy, se corta la tinta, no fastidies!...parece que se soluciona...bien,sigamos "boli sensiblero") 

Pasados unos días, de repente ese momento entre la cruel dependienta y la reina del drama volvió a mi cabeza, afortunadamente de  una forma más tranquila y "normal", tras sonreír por mi actitud, porque de veras a veces pienso que nunca voy " a ser mayor", soy super niña en muchas cosas (que me voy del temaaaaa) Estaba yo de nuevo pensando, esta vez cómo parte de un colectivo adicto a los cajones llenos de libretas vacías, que en realidad, ese era un gran síntoma, una alerta colectiva a la que tendríamos que hacer caso...Somos muchos según parece los que sufrimos un problema parecido.

Una enorme necesidad de hablar, de sincerarnos, de ser quienes realmente somos y expresarnos como realmente queremos y tener un lugar donde sentirte seguro haciéndolo...hacer lo que quieres, no lo que debes...escapar de tanto en tanto de esa persona que debo ser y que me asfixia.

¿Y porqué siguen vacías nuestras libretas entonces? Las tuyas no lo sé, pero las mías es muy sencillo, porque una vez escritas, cualquiera que las encuentre puede leerlas y verte por dentro, también me pasa cantando, por eso suelo cantar temas de otros...no los he escrito yo y por tanto, no me siento en pelotas en el escenario. 

Cuando eres quien quieres ante un papel, imaginas y fantaseas como se quiere también. Distinguir ficción de realidad no importa, para desahogarte o arrojar una frustración fuera de ti...puedes fantasear y deslizar tu boli sobre el papel formando absolutas barbaridades...o no, pero esa posibilidad...existe...

Nadie es absolutamente sincero siempre, ni siquiera ante si mismo, así que dejar por escrito todo lo que te la gana, sabiendo que alguien lo puede leer y lo puede juzgar...que eso es lo peor...todos lo juzgamos todo desde nuestro "prisma", porque como decía Bradbury también: "La locura es relativa. Depende de quien tiene a quien encerrado en qué jaula" y eso al menos a mí, me quitaba las ganas.

Necesitamos llenar nuestras libretas, gastar nuestros bolígrafos, todos...y comprar más y seguir...seguir...que ese hábito maravilloso nos acompañe de por vida....pero como tenemos miedo de exponernos a los demás, no lo hacemos...pero de nuevo nos vemos comprando una nueva libreta (aún hay esperanza), una tan perfecta que te será imposible no escribir en ella y otro boli...de un color tan acorde con como te sientes que casi se deslizará solo, no cometerá errores ortográficos y te dará una caligrafía perfecta. Luego mirarás tu libreta llena tan perfectamente escrita que sin leerla...solo mirando los trazos, te transportará al país de nunca jamás a soñar, bailar, cantar y volar...

Para flipar vaya...además de reina del drama soy también la reina de las ñoñerías ya véis jajaja!

Aunque la verdad es que me encanto, es inevitable, me analizo y me enamoro, creo que soy un ser humano estupendo, una superviviente nata, una soñadora incurable, una madre para todo mi entorno y una payasa para mi misma que me ayuda a levantarme cada día, seguir adelante y hacerme creer que vale la pena.

A veces, cuando ves una libreta, si eres una "adicta al material de oficina" como yo ( "Hola, soy Susana y soy adicta" "Hoooola Susanaaa") ¿No te pasa de repente al mirarla que no sólo sabes de que vas a escribir, si no sobre quien? "Esta libreta es para xxxx. aquí escribiré su historia" A mi si me pasa, hay libretas que me recuerdan a alguien y a su historia, que están hechas para ellas...que escrito ahí se entendería perfectamente todo...

Hace menos de un año que murió mi madre, la veo en todas las libretas desde entonces, desde cualquiera de ellas podría continuar nuestras maravillosas charlas...pero no es cierto, ella ya no está y eso no me sirve, no podrá contestarme, ni regañarme, ni reír, ni opinar...para eso no me van a servir mis libretas, para eso nada me servirá en realidad.

Pero bueno, que me voy...sigamos... A veces, miras una libreta por primera vez comienza a fluir todo un mundo en tu mente, la compras y  la aprietas contra ti y sientes que con tan solo ese gesto todo lo que has sentido e imaginado queda impreso de alguna forma en ella y que cuando la abras y empieces a escribir, todo eso fluirá de nuevo hacia tí y el bolígrafo se deslizara sobre esas palabras ya escritas y así de fácil...saldrá.

Así que no, en realidad ninguna de mis libretas está vacía y ninguno de mis bolígrafos está lleno...llevan historias ya escritas por mi dentro de ellos cuando los apreté contra mi cuerpo la primera vez que nos vimos.

Tengo cajones llenos de libretas en blanco a los ojos del mundo donde soy quien debo ser, pero ellas y yo las conocemos y están aparentemente en blanco, para protegerlas de prejuicios y de chismosos. 

Nadie puede ver dentro de ellas, como nadie puede ver dentro de mí,  ojalá todos perdiéramos el miedo a mostrarnos, a comunicarnos de verdad, a ser quienes queremos de vez en cuando, porqué ninguno de nosotros está en blanco, ninguno de nosotros está vacío... yo voy a intentar perder el miedo...llámame rarita...y tú... ¿Qué harás?



5 de Septiembre de 2018